Aimé
Morales Zubia se alzó los pasados días 25 y 26 de enero con dos medallas de oro
del 35 Festival Mundial de Circo celebrado en París, además del Premio del
Público y el Premio del Presidente de Francia. Nacido en Mérida (Venezuela) el
17 de enero de 1986, Aimé encontró en la calle su mejor escuela para formarse
en el mundo circense, pese a la oposición familiar, que siempre le recomendó
buscar un "plan b", recordó anoche su padre, Antonio Morales.
Una
vez culminó su Bachillerato, en Venezuela, Aimé siguió los pasos de su padre,
que ya se había trasladado a El Hierro, su tierra natal. En 2006 establece su
residencia junto a sus progenitores Antonio y Marilena, y sus hermanos -el
mayor, ingeniero geólogo y empresario, y la pequeña, estudiante aún de
Bachillerato-.
Desde
entonces, Aimé Morales, que aprendió y se formó en malabares en los pasos de
peatones de Venezuela, recuerda su padre, se preocupa por formarse y obtiene
una preparación académica. Entre 2004 y 2006, practica diferentes disciplinas
de clown en Mérida (Venezuela), para luego dar el salto a Ibiza, en el Bontis
Internacional Clown, durante tres meses.
De ahí, marcharía a la Escuela de
Circo Rogelio Ravel, en Barcelona, donde permaneció dos años, para pasar otros
doce meses en la Flic Escuola Di Circo de la Societa Gimnastica di Torino, de
Italia, para dedicar los últimos tres años a la Diplomatura en Artes Circenses
en la Ecole Superieure du Cirque en Bruselas -la única en el mundo junto con la
Estocolmo donde se obtiene esta titulación-.
Su
familia, que ha crecido entre El Hierro, La Gomera, Tenerife y Venezuela, ve
con satisfacción hoy cómo el empeño y entusiasmo que mostró aquel chico
"rebelde" ha obtenido su recompensa con el oro de las consideradas
olimpiadas del circo. Hoy tiene con contrato con un circo suizo con una nómina
de unos 4.000 euros. Hijo de agricultores, salió de la calle como payaso y
"dio el salto" como el mejor acróbata del mundo.
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