Bajo la luz del semáforo

El circo representa una importante parte de la cultura humana, es arte, tradición, construida a lo largo de muchos siglos, prácticamente desde que el hombre empezó a registrar sus hazañas, sus descubrimientos, sus ideas, sus creencias ―resumiendo, su cultura―. (Eduardo Murillo en Jané et al, 1994: 35). 

El arte callejero,  es una expresión del ser para el ser, dirigida a todos, sin importar edades, sexo, religiones y nivel económico. En la vida hay quienes piden dinero por fundaciones fantasmas, algunos lo ganan en una oficina trabajando, otros que no lo ganan, lo roban. Pero caminando por la ciudad encontramos a varias personas que no lo roban, tampoco mendigan. Son artistas, que más que un trabajo tienen una vocación, pasión y talento que se paga con reconocimiento, una sonrisa y aplausos.

En medio de tanto caos, un clima impredecible y a veces insoportable, que alguien te ofrezca 5 minutos de felicidad merece tener una recompensa, aunque no todo gire en torno al dinero. El respeto por el talento y la labor que realiza cada uno de los artistas de calle es necesario. La mente cuadrada que los ve como vagabundos, gente sin oficio o estudios, debe abrirse a la idea de que son personas que trabajan por la cultura y el crecimiento de las tradiciones en las comunidades.

Bajo la luz del semáforo es una producción audiovisual de Sora Producciones, realizada para la cátedra de Cine en la Universidad Rafael Belloso Chacín. Ganador en la categoría de mejor guion en la Muestra Audiovisual de dicha universidad. Expone claramente la ideología, la vida, talento y aspiraciones de un grupo de artistas callejeros que regalan felicidad por 45 seg, lo que tarda el semáforo en cambiar de rojo a verde,  en la ciudad de Maracaibo

“Sonríe amigo que la vida es una” – Roberto Morán

Fotografía: Cortesía - Steph Jaimes y Daniel Rios.

Nota: Andrea Colmenares Aguilera

@AndieAguilera