Noviembre,
mes de celebración en el estado Zulia, mes de feria, gaita, bailes, reinas,
luces y demás costumbres que solemos asociar con nuestra tierra y su gente, que
a lo largo del territorio venezolano es reconocida por su carisma, dialecto,
comida, la Chinita y talentosos músicos. Todos comentan el modo en que defendemos
nuestra cultura. "Regionalistas, gaiteros, decididos y emprendedores"
esas son las primeras cualidades que observamos al momento de estudiar a los
músicos del estado bendecido por La China.
Lindo
el cuadro que se dibuja al preguntar por un zuliano. Sin embargo, desde hace ya
más de 4 años gran parte del pueblo marabino se ha dejado seducir por otros
sonidos, hasta el punto que en la actualidad nuestros amaneceres de feria, son
un 80% vallenato y sólo un 20% de gaita, lo más lamentable es que ese gran
porcentaje corresponde a artistas internacionales.
¿Dónde queda el apoyo a lo nuestro?, ¿quién defiende la música hecha en
el Zulia? Si bien como todas las artes, la música, rompe fronteras, ¿por qué
sólo contribuimos a que el mundo entero nos conozca exclusivamente por la gaita
y el vallenato? Quienes se destacan en los géneros como el rock, hip hop,
reggae, entre otros, también merecen ser escuchados.
Lamentablemente,
el paisaje para el desarrollo de actividades culturales que resalten nuestra
esencia, no está tan claro y bien diseñado. Todos nos quejamos día a día de los
malos servicios en la calle, de las pocas opciones para salir a recrearse en
Cabimas, del caos que genera la feria en Maracaibo, entre muchos otros problemas
que se pueden solventar con trabajo de todos y una buena gestión de los
gobernantes, que están a merced de sus electores y no al contrario.
Copiar
las tendencias internacionales y patrones usados por otras ciudades con el fin
de mejorar nuestra sociedad, es un error, ya bastante daño ha causado la
alienación por parte de terceros a nuestros antepasados. Todo proyecto debe
ejecutarse pensando en pro de su tierra. Cada ciudadano debe conocer y valorar
sus raíces, procurar que la buena educación hable por él y no dejarse engañar
por ese llamado vacío de muchos medios.
Saber
distinguir entre el talento y la fama es una tarea que no requiere de mucha
práctica, sólo se necesita atención. El prejuicio hacia el arte urbano, la
juventud valiente que se atreve a romper los paradigmas y darle colores de una
sociedad gris, sólo retrasa el proceso de evolución que merece el estado.
Necesitamos
detener tanta contaminación sónica, visual y ambiental que nos rodea y
dedicarnos a crecer, pues el que poco sueña y mucho duerme, suele ser el mismo
que sus terrenos reclama, pero no cuida. Una nación sólida se construye con ladrillos
de todos los colores y manos trabajadoras de todas las clases.
@AndieAguilera
EXCELENTE ARTICULO MI ANDIE, CONTINUA ASI!! ESTOY DE ACUERDO TOTALMENTE CONTIGO!! EN EL CONTENIDO DE ESTE, FELICITACIONES!! tu eterno amigo Manuel Silva.
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