Un
nuevo esquema de tratamiento contra la cistitis intersticial inventó el urólogo
y endourólogo zuliano Kaled Richani Reverol y su equipo, siendo el primero de
su tipo en Venezuela.
El
Método Richani Méndez, como se llama la nueva terapia, por la colaboración del
urólogo Omar Méndez Rondón, también zuliano, es el resultado del trabajo
científico Utilidad de la instilación intravesical de hialuronato sódico en el
tratamiento de la cistitis intersticial.
Richani
Reverol, con formación en la Universidad del Zulia y en España, se basó en
estudios sobre trabajos realizados previamente en Europa sobre el uso de la
molécula del hialuronato sódico, a lo que sumó sus indagaciones y experiencia
desde los servicios de urología del Hospital Universitario y de las clínicas
Falcón, La Sagrada Familia y Amado, en la capital zuliana.
El
trabajo, realizado en Maracaibo, será presentado en el congreso de la Sociedad
Venezolana de Urología, en Caracas, del 15 al 17 del presente mes.
Un
86% de mejoría de síntomas en los primeras seis semanas de comenzar la terapia
y de un 95% luego de seis meses se logró con la nueva terapia.
“La
molécula del hialuronato sódico ayuda a reconstruir la membrana GAG
(glicosaminoglicános) de la vejiga, encargada de servir como impermeable y
aislante de las sustancias tóxicas y altamente ácidas de la orina, y que sirve
de protección para este órgano”, reveló el especialista.
La
cistitis provoca inflamación de la vejiga, con mayor prevalencia en mujeres. Cursa con dolor
pélvico, dispareunia o coito
doloroso, aumento importante de la
frecuencia urinaria, urgencia miccional y hasta incontinencia por urgencia.
Se
le llama cistitis insterticial cuando se hace crónica, prevaleciendo durante
varios meses. Su incidencia es del 3% al 6 % de la población femenina en edad
productiva y sexualmente activa.
Insiste
el facultativo que el nuevo tratamiento constituye una mejor opciones
terapéutica a esa patología “condicionante
y limitante”, ya que “estas pacientes se incapacitan, física y emocionalmente, cambiando sus patrones de vida social, ya que, al
tener sensaciones de urgencia muy frecuentes, se abstienen de trabajar,
socializar y compartir sexualmente con sus parejas, por temor a orinarse o por el dolor que le ocasiona el coito. Muchas
se ven obligadas a utilizar toallas sanitarias o pañales, cambiando su estilo de vida”.
Fuente:
panorama.com.ve
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