Los
cálculos preliminares de la NASA señalan que a las 19.25 (GMT) del 15 de
febrero de 2013 el cuerpo celeste se acercará a la Tierra, a unos 26.900
kilómetros, una distancia menor que las órbitas de los satélites
geoestacionarios (cerca de 35.000 kilómetros).
El
asteroide 2012 DA14 fue detectado el año pasado por los especialistas del
Observatorio Astronómico de La Saga, ubicado en el sur de España. Más tarde las
observaciones de los científicos españoles fueron ratificadas por otros
astrónomos internacionales.
Estos
científicos revelaron que el cuerpo celeste pertenece a la familia de los
asteroides de Apolo, cuyas órbitas se cruzan con la terrestre. Alrededor de dos
tercios de los asteroides conocidos que se acercan a la Tierra son de este
tipo. Según los datos disponibles, el cuerpo celeste puede medir entre 40 y 95
metros de largo.
Mínima amenaza
Los
especialistas aseguran que el asteroide ya no amenaza con chocar contra la
Tierra, como se informó antes o esa posibilidad es muy baja (un 0,031%).
La
NASA afirma que en caso de que ocurra, la fuerza de la explosión sería de 2,4
megatones. El impacto de la roca de 140.000 toneladas no pondría fin a la
civilización, pero podría causar una pérdida masiva de vidas si cayera en un
lugar poblado.
Sin
embargo, hay otra amenaza: el asteroide podría chocar con algún satélite de
comunicación, lo que provocaría fallos en su funcionamiento. Pero los expertos
vuelven a indicar que el impacto es poco probable.
Los
observatorios de todo el mundo siguen su órbita y reportan las coordenadas de
su recorrido a la Unión Astronómica Internacional.
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