Bañada
en aguas negras criaron a una princesa
Se
cayó en un hueco la esperanza de salvarte.
Peligrosa
y caprichosa como el buitre que canta en primavera
Me
contagia la decepción y las ganas de ahogarte.
Más
de una tarde grite tu nombre
Sentí
dentro de mí una voz del infierno.
Fue
una pesadilla, vi manos negras y gente pobre
Vi
sus rostros y pies llenos de excremento.
Todos
los buitres y zombies tocaban tambor alrededor del hueco
Brindaban
con ron planeando humillarte.
La
princesa nunca pensó en perder su reino
Nunca
imaginó que los buitres iban a revelarse.
El
golpe del tambor aumentaba su ritmo
Ella
trataba de bailar y seducirlos como una bruja.
La
manoseaban toda y la desnudaban
Por
rica y engreída, iría a la tumba.
Yo
veía todo desde lejos sin poder evitar la tragedia
El
pecado me excitaba, dude de mí por un instante.
La
codicia y los buitres me miraban como a una reina
Oh
que placer, tanto poder. Cómo habré de negarme.
Desperté
desnuda y sudada, sin entender el sueño
Sin
querer decidir si levantarme o seguir durmiendo.
Trate
de tomar aire, pero era demasiado denso
Quise
mirar por la ventana, apreciar el lago, pero todo era negro.
Volteé
la mirada, muchas moscas invadían mi patio
Me
vestí, salí corriendo, sentía que algo gemía.
Podrido
y ensangrentado encontré su cuerpo
Era
la Perra Princesa que perdía la vida.
Mandé
a la mierda al circo del cual la salvé días atrás
A
los abusadores que la lastimaron y envenenaron.
Sus
últimos días los pasó conmigo, sin chillar
Maldita
violencia animal, que podrido está el cerebro humano.
Grite
tu nombre de nuevo
En
un abrir y cerrar de ojos, estaba en tu piel.
Éramos
garrapatas enganchadas a tu pelo
Chupándote
la sangre, una y otra vez.
Éramos
parte de ti, una perra infernal
Fingiste
tu muerte inocente para vengarte.
Como
toda una mujer, armaste una fiesta sin igual
Todo
para torturarnos y de nosotros adueñarte.
Los
buitres, resultaron rojos y opositores
La
muy perra, burguesa.
Todo
estaba escrito en la novela
Y al
final, eran mías las decisiones.
No era
un sueño ni pesadilla
Tampoco
zombies, eran hombres de verdad.
Que
destruyen toda mi esperanza
La
destruyen con su corrupta, cochina autoridad.
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